La crisis humanitaria en Venezuela comienza a ser conocida en todo el mundo.
Antes de que la economía venezolana comenzara a colapsar, casi todos los casos de desnutrición infantil en los hospitales públicos se debían a negligencia o maltrato de los padres.
Pero entre 2015 y 2018, al intensificarse la crisis, los casos de desnutrición infantil severa se triplicaron en los centros médicos de la capital, según los testimonios médicos...
Muchos países estarían en estos niveles de desnutrición si hay una guerra, una sequía, alguna catástrofe o un terremoto, dijo la doctora Ingrid Soto de Sanabria, jefa del Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital Infantil J. M. de los Ríos. “Pero en nuestro país está directamente relacionado con la escasez y la inflación”.
El gobierno venezolano ha tratado de encubrir el alcance de la crisis aplicando un sesgo casi total de las estadísticas de salud y creando una cultura en la que los médicos a menudo tienen miedo de registrar casos y muertes que puedan estar asociadas con las fallas del gobierno.
Conscientes de la dura situación venezolana, hemos abierto un canal humanitario desde Europa hacia Venezuela en el que pretendemos enviar periódicamente alimentos y medicamentos a diferentes instituciones y hospitales.
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